Una tarde cualquiera de Primavera,
cerca del parque natural de Cornalvo, qué hacer con niños, fácil, solo tienes
que dar un pequeño paseo y observar el hermoso paisaje lleno de encinas,
retamas y escobas.
El único sonido que se escucha es
el rio Aljucén y su fauna rivereña, que chapotea al salir huyendo cuando los
niños corren hacia el rio, recorriendo los senderos de conejos marcados en el
suelo a modo de exploradores.
El día soleado invitaba a tocar el
agua cristalina y observar los peces, pero los niños solo querían tirar piedras
al rio para ver quien las hacia saltar más veces; como las ranas. ¡Seguro que más
de uno de nosotros hemos jugado a esto muchas veces! Ellos no se cansaban, pero
no deberíamos molestar a los animales, por eso continuamos el paseo.
La naturaleza es a veces muy
extraña, los arboles forman figuras y nuestra imaginación comienza a despegar y
al ver una encina vieja con una forma…. ¡IMAGINAD QUE PARECE!
Los niños no paraban de reírse, que si era un culete gordo,
que si parecía unos mofletes etc…
Solo querían hacerse fotos y mandárselas a sus amigos. ¡Los
niños, nativos de las últimas tecnologías!
Realmente la naturaleza es muy sabia, posiblemente cuando
esta encina era más joven algún insecto puso sus huevos en el interior y la
encina se protegió creando una pequeña protuberancia que al tiempo que crecía
la encina esta crecía con ella, llegando a este tamaño.
Estabamos disfrutando de lo que la
naturaleza nos da y pronto nos dimos cuenta que antes que nosotros muchos años
atrás, más bien milenios atrás, otros ya habían pasado por ese lugar y habían
dejado su impronta. Eran los romanos, estos hicieron pasar su Calzada Romana Vía
de la Plata por estos lugares y quedaron algunos restos de ello. Actualmente se
usa como Camino de Santiago.
Fue una tarde muy agradable, donde
las horas pasaron volando, donde las preocupaciones del día a día no existían,
lugar el cual poca gente conoce y que deberían conocer. No hay que olvidar que
la naturaleza hay que respetarla y protegerla porque ella nos da mucho más de
lo que nosotros le damos. Tan solo una muestra; al tiempo que paseábamos, la
naturaleza no dio espárragos trigueros que fuimos recolectando causando el
menor impacto sobre las plantas, hasta tener un manojo suficiente para la cena,
que nos quedó deliciosa.
CUIDAD DE LA
NATURALEZA Y ELLA NOS MANTENDRA VIVOS